NO CONFUNDAS EL NIÑO INTERIOR CON UN TRAUMA ANTERIOR

En nuestro viaje por la vida, todos llevamos dentro de nosotros dos componentes cruciales: el niño interior y los traumas del pasado. El niño interior es esa parte de nosotros que nunca pierde su capacidad de asombro, su espontaneidad y su creatividad. Es la voz que nos invita a jugar, a explorar y a expresar nuestros sentimientos de manera honesta y sin miedo al juicio de los demás. Por otro lado, los traumas anteriores son aquellas experiencias dolorosas que aún cargamos con nosotros, reviviéndolas en nuestra mente y permitiéndoles influir en nuestro presente de maneras negativas. Es esencial no confundir estas dos facetas de nuestra psique. Mientras que el niño interior representa la autenticidad y la libertad emocional, los traumas del pasado pueden convertirse en sombras que nos impiden avanzar. En este post, exploraremos las diferencias fundamentales entre el niño interior y los traumas anteriores, cómo cada uno impacta nuestras vidas adultas y qué estrategias podemos utilizar para sanar y vivir de manera más plena. Acompáñanos en este viaje de autodescubrimiento y sanación, y aprende cómo conectar con tu niño interior mientras trabajas para superar los traumas del pasado.

BLOG DE ANDRES ACOSTTA

Andrés Acosta

7/14/20243 min leer

NO CONFUNDAS EL NIÑO INTERIOR CON UN TRAUMA ANTERIOR

INTRODUCCION
Todos llevamos dentro de nosotros un niño interior, una parte esencial y saludable de nuestra psique que representa nuestra creatividad, espontaneidad y emociones puras. Sin embargo, también podemos llevar con nosotros traumas del pasado que han dejado cicatrices emocionales profundas. Es crucial no confundir estos dos aspectos de nuestra personalidad.

DIFERENCIAS CLAVE

El niño interior es la fuente de nuestra capacidad para jugar, imaginar y sentir de manera libre. Es aquel que no actúa basado en la aprobación social, no tiene miedo a equivocarse o ser juzgado y es honesto en sus sentimientos y expresiones. Además, es el que cree en todas las posibilidades, siempre abierto a nuevas experiencias y aprendizajes. Por otro lado, un trauma anterior es una experiencia dolorosa del pasado que aún cargamos con nosotros y que revivimos en nuestra mente, trayéndolo al presente y afectando nuestro comportamiento y emociones actuales.

No debemos confundir el niño interior con ser infantiles. La inmadurez mental, a menudo asociada con comportamientos infantiles, tiene más que ver con la represión de traumas anteriores que con la expresión del niño interior. Ser infantiles implica una falta de desarrollo emocional, mientras que conectar con nuestro niño interior significa abrazar nuestra capacidad de ser genuinos, creativos y abiertos a las posibilidades de la vida.

IMPACTO EN LA VIDA ADULTA

Conectar con nuestro niño interior puede aumentar nuestra resiliencia emocional y nuestra capacidad para disfrutar de los momentos. Este niño interior, libre de la necesidad de aprobación y del miedo a ser juzgado, nos permite ser auténticos y expresarnos honestamente. Además, es el que nos permite creer en todas las posibilidades, manteniendo viva nuestra capacidad de soñar y perseguir nuevas oportunidades.

En contraste, un trauma no resuelto puede conducir a comportamientos autodestructivos y problemas emocionales. Revivir constantemente estos episodios dolorosos del pasado puede perpetuar sentimientos de ansiedad, inseguridad y baja autoestima, afectando nuestras relaciones y nuestro bienestar general.

Ejemplos Prácticos

  • Conexión con el niño interior: Personas que encuentran formas de jugar y ser creativas, sin preocuparse por la aprobación social, tienden a tener una mayor felicidad y satisfacción en la vida. Por ejemplo, adultos que participan en actividades artísticas o deportivas sin miedo al juicio suelen sentirse más libres y realizados.

  • Efectos del trauma no resuelto: Un individuo que fue criticado duramente en su infancia puede cargar con un miedo constante al fracaso, reviviendo esas experiencias negativas en cada nueva oportunidad, lo que limita su potencial y bienestar.

Estrategias para Diferenciar y Sanar

  1. Autoconocimiento:

    • Explorar y conectar con el niño interior: Utilizar técnicas como la meditación, el arte, o el juego para reconectarse con esa parte de nosotros que es auténtica y libre de la necesidad de aprobación. Realizar actividades que disfrutábamos de niños puede ayudarnos a redescubrir esta parte esencial de nuestra personalidad.

    • Identificar traumas: Reflexionar sobre experiencias pasadas que aún nos afectan y reconocer patrones de pensamiento y comportamiento que provienen de esos traumas. Esto puede incluir mantener un diario, hablar con amigos de confianza o realizar ejercicios de autoexploración.

  2. Terapia y Apoyo Profesional:

    • Buscar ayuda profesional: Terapias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) pueden ser efectivas para sanar traumas del pasado. Los terapeutas pueden ayudar a diferenciar entre las respuestas emocionales del niño interior y las reacciones basadas en traumas.

    • Terapia de juego y expresión creativa: Algunas formas de terapia se centran en usar el juego y la creatividad como herramientas para sanar, lo cual puede ayudar a integrar el niño interior de una manera saludable.

  3. Prácticas de Autocuidado:

    • Nutrir al niño interior: Participar en actividades que nos permitan jugar y ser creativos sin miedo al juicio. Esto puede incluir juegos, hobbies, tiempo en la naturaleza y actividades artísticas.

    • Sanar traumas: Implementar estrategias de autocuidado como mantener un diario, practicar mindfulness y establecer límites saludables en nuestras relaciones. Estas prácticas pueden ayudarnos a procesar y superar experiencias pasadas.

CONCLUSION

No confundir el niño interior con un trauma anterior es esencial para una vida equilibrada y plena. Al nutrir nuestro niño interior, que es auténtico, libre de la necesidad de aprobación, sin miedo a ser juzgado y creyente en todas las posibilidades, y al mismo tiempo trabajar para sanar nuestros traumas, podemos vivir de manera más auténtica y disfrutar de una mayor calidad de vida. Invito a todos a explorar y nutrir su niño interior mientras trabajan en sanar los traumas del pasado.